Arte precolombino
Tomado de Ensayo
de Luz Miriam Toro
No todos los objetos arqueológicos son objetos de arte. Tienen un valor documental porque nos cuentan sobre las comunidades que les dieron origen, en el contexto y entorno de su hallazgo, así como de su, íntimo y secreto significado. Pero no todos los objetos precolombinos son piezas de museo.
La tendencia de la musicología actual es exhibir y mostrar objetos por su valor estético; determinado por el estado en que se han conservado hasta el presente . Se tiene en cuenta la maestría con que fueron ejecutados y se presume la idoneidad del artífice que los realizó. Los otros objetos precolombinos son importantes para la investigación científica.
En Colombia la investigación arqueológica empezó tardíamente y se podría afirmar que no existe el coleccionismo como disciplina.
Para reconocer los objetos y definir su autenticidad se requiere de experiencia. Saber por ejemplo: el material utilizado para elaborar el objeto, la técnica, el estilo propio de la cultura a que corresponda y otros múltiples detalles que no escapan a unos ojos "educados" para observar las piezas. También se puede recurrir a laboratorios especializados en realizar análisis de termo luminiscencia que es el examen que permite medir el grado de radiación acumulada en el objeto y da la respuesta confiable acerca de la antigüedad del mismo. El costo de esta certificación puede ser de $100. 000 a $500.000. de acuerdo al examen que se realice.
El uso de los objetos arqueológicos en la decoración es una moda reciente, sitúa a los propietarios como espectadores activos del acontecer histórico de nuestro pasado prehispánico, su propósito utilitario y estético, motiva a sus poseedores a comprender el valor de los bienes adquiridos y a disfrutar del objeto, pero también como una inversión económica que procura preservar el patrimonio arqueológico que pertenece a toda la humanidad.
En Colombia es lícito comercializar objetos de origen arqueológico, entendiendo que el inevitable comercio de éstos objetos debe estar necesariamente referido a su propia historia.
El Arte Precolombino Colombiano es prácticamente desconocido por la escasa divulgación. Aparte de las pocas exposiciones de orfebrería que realiza el Museo del Oro fuera del país, no existe suficiente bibliografía sobre las diferentes culturas, y las fotografías de los mismos objetos, se repiten en las publicaciones desde hace muchos años.
A la llegada de los Españoles fueron numerosos los grupos indígenas que poblaban el territorio que ahora denominamos Colombia. También muchos grupos habían desaparecido en el momento de la Conquista como los Tumacos y Malaganas. A la fecha se distinguen en Colombia trece zonas arqueológicas y cada una presenta rasgos propios que permiten determinar cada cultura. Asimismo, se comienza a definir tres o más estilos en las más renombradas culturas. Por ejemplo en Calima, ya se diferenciaron los estilos llama, Yotoco y Sonso. En la cultura Nariño se nombraron los tres distintos estilos como Plartal, Tuza y Capulí y en la zona Sinú se distinguen los estilos: Malambo, Momil y Betancí, entre otros.
La cultura Tairona
La cultura Tairona ubicada en el norte de Colombia en el territorio que va de la Costa Caribe a la Sierra Nevada de Santa Marta, se caracteriza por la magnífica orfebrería que usaban para engalanarse. En las joyas representaban sus deidades míticas. También fueron expertos tasadores de piedras y son muchas las cuentas de collar que se encuentran en su territorio. Igualmente podemos destacar las ocarinas o silbatos y una enorme producción alfarera con fines utilitarios o ceremoniales como las Urnas funerarias gigantes.
La Cultura Sinú,
establecida en la región de los ríos Sinú y San Jorge sobresale por su abundante orfebrería con un finísimo trabajo fundido en filigrana a la cera perdida. Fue un grupo regido por el matriarcado y por eso la presencia de Venus desnudas con pintura corporal y con deformaciones intencionales de brazos y piernas en todas sus fases y estilos. 0 mujeres opulentamente ataviadas. Son numerosas las copas votivas con pedestal de columna, de una sofisticado manufactura. La pieza más representativa se encuentra en el Museo del Marques de San Jorge en Bogotá, es de arcilla y representa una maternidad que sostiene en su brazos un bebe con la cabeza muy grande y los ojos abultados.
En la costa pacífica se desarrolló la cultura Tumaco. La infinidad de miniaturas en arcilla nos narran explícita mente cómo fueron. En el período tardío de la cultura, se acostumbró deformarse el cráneo y todos los personajes aparecen con múltiples adornos que acusan sus diferentes rangos o los clanes sociales a que pertenecían, así como los oficios a que se dedicaban. Todos los acontecimientos de la comunidad fueron retratados en cerámica y no fueron ajenos a expresar sus sentimientos felices o dolorosos de la vida y la muerte.
La topografía del Valle del Cauca contribuyó para que los Calimas sobresalieran como viajeros y se han descubierto alrededor de este asentamiento varios caminos prehispánicos, por donde se desplazaban a otras tribus, para realizar transacciones y trueques. Esta actividad fue plasmada en sus canasteros de cerámica. Su orfebrería es abundante- predominan las máscaras y pectorales, además de los adornos corporales en oro que también son reflejados en su cerámica,
El Viejo Caldas esta sembrado de tumbas precolombinas, de los Quimbayas. De ahí proviene el famoso Tesoro Químbaya que hoy se encuentra en el Museo de las Américas de Madrid y fue obsequiado en 1892 por el presidente Carlos Holguín a María Cristina de Habsburgo cuando medió a favor de Colombia en un laudo limítrofe con Venezuela. Los Quimbayas también se caracterizaron por su industria textil desarrollada. Prueba de esto son la infinidad de sellos cilíndricos y planos para imprimir y la abundancia de volantes de uso, instrumento necesario para hilar el algodón y la lana.
En la región Tolima
aparte de pectorales y adornos de oro y vajilla utilitaria en cerámica aparecen profusamente las urnas funerarias para entierro secundario con personajes sedentes. La mujer se sentaba directamente en la tapa o "piso" y el hombre sobre un banco. El uso del banco o asiento, en casi todos los grupos indígenas, fue un privilegio del hombre.
En el departamento del Cauca está la zona arqueológica de Tierradentro. Centro funerario con arquitectura subterránea tumbas o hipogeos comunales. El acceso a ellas se hace por una escalera de caracol tallada hace cientos de años en la roca dióritica. Las tumbas aparecen decoradas en su interior con pinturas roja, blanca y negra y representan una vivienda para los muertos semejantes a las casas utilizadas en vida. Su, interior estaba adornado con apliques de rostros humanos o lagartijas asociados a sus creencias y mitos.
La escultura lítica monumental de San Agustín en el Huila,
manifiesta la gran influencia del jaguar coo deidad. La mayoría de las estatuas con cuerpos antropomorfos revelan este rasgo felino en su rostro; aparecen con la boca abierta exhibiendo los colmillos del jaguar. Además de la colección en el Parque arqueológico, se encuentran dispersas muchas estatuas en los municipios aledaños. El paisaje es sobrecogedor y visitar esta zona es cercana a una experiencia mística por la atmósfera religiosa que todavía se respira en el lugar.
Los Muiscas
de las sabanas de Cundinamarca y Boyacá identificados con la maravillosa balsa que se encuentra en el Museo del Oro de Bogotá, alusiva a la leyenda de la laguna, también, se destacaron por sus mantas pintadas. Y por su intenso comercio con esmeraldas y sal.
Los habitantes de Nariño tuvieron una gran producción de cerámica utilitaria, como copas con bases troncónicas y pintadas en negativo. Platos o compoteras de base corta anular ricamente decorados en su interior con una amplia gama de dibujos que describen su entorno. Son famosos los "coqueros": personajes masculinos, sentados sobre bancos rectangulares, casi siempre llevan banda jerárquica sobre sus cuerpos desnudos y se caracterizan por una protuberancia en la mejilla que sugiere el mambeo de hojas de coca mezcladas con la cal cruda que es el elemento que hace liberar en alcaloide. Los instrumentos musicales que reproducen la forma de caracol marino son abundantes y era el teléfono celular de. la época, con ellos comunicaban por medio de códigos sonoros todos los acontecimientos de la tribu, anunciaban los nacimientos y las muertes. Convocaban a reuniones, o indicaban señales de peligro o prevenían la presencia de extraños.
Y Malagana,
el último descubrimiento (1992) en el corregimiento El Bolo a quince minutos del aeropuerto de Palmira en el Valle. Rico centro orfebre. Los Señores de Malagana fueron enterrados en este lugar con ajuares funerarios de oro que cubrían todo su cuerpo. La cerámica es fina y pulida y representaban en este material: su arquitectura, sus soberanos y su fauna. Se podría denominar este hallazgo como el Tesoro del Siglo.
LUZ MIRIAM TORO NOV. 98 PARA REVISTA SEMANA-DECO-RA BOGOTÁ.
Experta en Arte Precolombino -
Especialista en la cultura Tumaco-La Tolita.